Ruth Zamorano

Entrevista: Ruth Zamorano, Founder OSOCO & Miboky

¿Las 3 palabras que más te definen?

Creatividad, pasión y empatía.

¿Quién y qué te inspira?

No soy muy fan de grandes gurús. Admiro a muchas personas, especialmente a muchas mujeres que nos han precedido y que en sus épocas han conseguido cosas increíbles. Por ejemplo, María Montessori que la descubrí a raíz de ser madre  por su método pedagógico que está más o menos de moda, pero fue la primera mujer en doctorarse en medicina en Italia, se especializó en Neurología. Estudió Antropología, Filosofía, Psicología,... Fue contra corriente, tuvo que exiliarse. Esas historias me alucinan y no haberlas escuchado antes me sorprende y enfada.  Por cierto, lanzamos hace un tiempo un proyecto en OSOCO para visibilizar mujeres en el campo del desarrollo de software https://ahombrosdegigantas.xyz/. Os animo a echarle un vistazo porque seguro que hay muchas que no conocéis.

Pero sin duda mis hijos son una gran fuente de inspiración. Ser mejor persona, mejor madre y construir un mundo mejor para ellos suena a topicazo pero es lo que me motiva cada día.

¿Qué te haría feliz de conseguir en el próximo año?

Llevar el Club Miboky a muchos hogares y colegios. Conseguir que muchos niños descubran la magia de los libros y disfruten de un rato de lectura compartida o en solitario. Ahora tenemos pocos miembros en el Club pero los que están lo disfrutan tanto que me encantaría amplificar esa felicidad.

¿Cómo llegaste hasta aquí?

Cree OSOCO con 26 años. En 2003, no estaba aún de moda el emprendimiento.  Con esa edad tenía pocas responsabilidades y muchas ganas de hacer cosas. Me embarqué en la aventura con mi pareja entonces, mi marido hoy. Pero pensábamos que la mejor forma de hacer las cosas como creíamos que había que hacerlas era pudiendo tomar nosotros esas decisiones. Siempre me ha inspirado la frase de Alan Kay “la mejor forma de predecir el futuro es inventarlo”. 


¿Cómo surgió OSOCO? ¿Y Miboky?

OSOCO surgió  focalizada en la Accesibilidad a la Web, en 2003 se abrió un marco regulatorio nuevo y  habíamos conseguido varios premios relacionados con ese tema. Estábamos trabajando en una gran empresa donde tienes poco poder de decisión sobre cómo y qué cosas hacer y decidimos que la mejor forma de trabajar en la empresa de nuestros sueños era crearla.  La prioridad de OSOCO siempre ha sido que el entorno de trabajo fuera ideal.  Aún hoy en día todavía me asombran algunas prácticas que veo por ahí. Y eso que en nuestro sector los profesionales tenemos mucho poder de negociación.

Miboky nace más como un proyecto personal a raíz de mi maternidad. No he sido nunca muy lectora pero con mis tres hijos estoy descubriendo el placer y la magia de los álbumes ilustrados y los libros infantiles y juveniles. Hay verdaderas joyas  y es increíble lo que se aprende. Ver los libros a través de sus ojos es casi más enriquecedor para mi que para ellos. Deberíamos volver a descubrir el niño que todos llevamos dentro.

Sin embargo, me di cuenta que a mi alrededor los niños no tenían esa suerte y por falta de tiempo e interés no todos los padres rodeaban a sus pequeños de libros. Por eso decidí lanzar el Club Miboky, para facilitar esa tarea. Ya no hay excusa de no tenemos tiempo de ir a la biblioteca  y a los niños les encanta el factor sorpresa, descubrir qué libros hemos seleccionado para ellos. Uno de los puntos fuertes que tiene el proyecto es que leemos todos los libros que enviamos por lo que es fácil acertar con los gustos de cada pequeño. Otra pata del proyecto es fomentar el uso compartido, saber qué ese libro luego lo leerá otro niño. Enseñar a los niños a compartir y no tanto a usar y tirar. Tenemos que cuidar nuestro planeta .

 El Club Miboky no nace con vocación empresarial, es un proyecto sin ánimo de lucro  y con un servicio muy personalizado.

¿A qué te dedicarías si no fueras un profesional digital?

Pues creo que me hubiera encantado ser profe. El sistema educativo actual me frustra mucho y a veces se me pasa por la cabeza el aplicar eso de si no hay nada que te guste, créalo tú. Pero montar un colegio son palabras mayores. Mezclar neurociencia, educación y tecnología me haría muy feliz.

¿Cuál es la lección más relevante que has aprendido durante estos años trabajando en el mundo digital?

La honestidad contigo misma, con tus clientes y con tus empleados. En este mundo hay mucho vende humo. Saber decir que no, aunque eso signifique perder dinero. Creo que ser coherente contigo misma y tus valores es más rentable a largo plazo.

¿Cuáles serán los grandes retos profesionales para aquellos que gestionan un negocio digital en los próximos años?

Sin duda gestionar el talento y el conocimiento. Siempre lo ha sido pero además ahora se mezcla que estamos en entornos remotos y distribuidos. Mantener una cultura de empresa en ese entorno no es fácil. Traspasar el modelo “presencialista” a remoto tal cual no funciona. Hay que trabajar en modo asíncrono y utilizar las herramientas adecuadas para ello. Se pierde la conversación de pasillo y el trabajo codo con codo, los radiadores de información ya no son tan visuales y tenemos el reto de cómo almacenar y compartir ese conocimiento individual para convertirlo en colectivo. Y más en este sector de tan alta rotación.

¿Cómo ves el futuro de tu sector?

Prometedor. Una de las desventajas de este sector es que es imposible seguirle el ritmo. Es genial el aprendizaje continuo pero es que ¡hay tantas cosas que se podría aprender !

Lo que me gustaría es que la tecnología se integrara más aún en nuestras vidas pero con unos interfaces más fluidos e invisibles. Ahora la tecnología nos engancha y nos atonta. El futuro debería ir en que nos sirviera para aumentar nuestra inteligencia colectiva como especie.

¿Qué consejo le darías a tu Yo del pasado?

Qué confiara más en ella y no tuviera tanto miedo y que disfrutara del camino. El tiempo pasa demasiado rápido. 



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